Mientras escribo esto estoy leyendo un libro de dedicatorias que mis mejores amigos me han regalado y básicamente estoy intentado no caer en lágrimas una vez más. Se dice que cuando una puerta se cierra otra se abre, que el final solo significa un nuevo comienzo, y eso espero, de verdad que lo espero con fuerza, porque ahora mismo no puedo evitar sentirme más fragil que nunca, como si el mundo se me cayese encima. Pero entre todo ese jaleo me entra una ráfaga de orgullo, de decir, lo he hecho, he sobrevivido diez meses y ocho días en un país extranjero, con gente diferente, idioma diferente... todo diferente, y sientes que después de todo eso, tienes dos casas, dos familias, dos mejores amigos, dos institutos... dos todo. Esa sensación es única, la sensación de que perteneces a dos lugares distintos y que dejas trocitos de ti por todo el mundo, es algo doloroso a veces, pero sin lugar a duda único. Y como tantas otras cosas, hay que vivirlo para entenderlo, es el único modo.
Mi aventura americana termina aquí y ahora simplemente toca darle al play a ese disco que dejamos parado diez meses atrás. Pero me voy sabiendo que he vivido uno de los años más impresionantes de toda mi vida, y que volveré algún día a mis queridas montañas de Utah, a recordar risas y abrazos con todos los que a partir de ahora formarán parte de mi vida para siempre.
No quiero cerrar la historia aquí, aún no estoy preparada. Así que durante esta semana escribiré una última entrada, como si de un balance global se tratase, y de paso contaros como fue el reencuentro con la gente de las becas.
By the way, suena raro decir: vuelvo a "casa"...
Goodnight.
Hoy por la tarde he quedado con mis mejores amigas para despedirme de ellas.
El otro dia nos fuimos a hacer escalada, y genial, excepto que mis manos estan desechas!
:)
Non sabes a envidia que me das, Bea! Eu non podo saír soa de España sen ter problemas, jajaja.
ResponderEliminarBenvida a España de novo. Que teñas un moi bo verán :D Bicos